martes, 27 de octubre de 2015

«En todo el mundo se comprueba una angustia terrible, un espantoso hambre de amor. Llevemos, por tanto, a nuestras familias la oración, llevémosla a nuestros niños, enseñémosles a rezar. Pues un niño que ora, es un niño feliz. Familia que reza es una familia unida».
Madre Teresa

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