jueves, 14 de mayo de 2015
miércoles, 6 de mayo de 2015
Por una palabra tu carrera se puede acabar
PUBLICADO: MAR, 16, 2015 10:45 AM EST
Hace sólo una semana, Rodner Figueroa era una de las estrellas de Univision.
El experto en moda y belleza tenía asegurado varios programas y especiales, gracias a un contrato con la cadena... y a su "don" por comentar, con su estilo personal y peculiar, lo último sobre cómo lucen los famosos.
Pero por la boca murió, de momento, el pez.
Fue un comentario sobre la imagen de la Primera Dama Michelle Obama lo que puso fin de forma inmediata a la trayectoria profesional de Rodner Figueroa... al menos hasta que las aguas se calmen.
domingo, 3 de mayo de 2015
Becas para estudiantes universitarios
http://www.institutobecas.gob.ec/becas_iece/becas-nacionales/estudios-de-tercer-nivel/politica-de-cuotas
"Qué bueno, qué bueno, qué bueno".
Las circunstancias de la vida se presentan ante nosotros
como dados lanzados sobre una mesa de vidrio. No importa cómo los tiremos, pues
podremos ver cualquiera de los números, variando nuestra perspectiva. En la vida
hay personas que sólo ven los números bajos y otras que siempre ven los números
altos.
Cuentan que un rey tenía un consejero que ante
circunstancias adversas siempre decía: "qué bueno, qué bueno, qué
bueno". Un día de cacería, el rey se cortó un dedo del pie y el consejero
exclamó: "qué bueno, qué bueno, qué bueno".
El rey, cansado de esta actitud, lo despidió y el
consejero respondió: "qué bueno, qué bueno, qué bueno". Tiempo
después, el rey fue capturado por otra tribu para sacrificarlo ante su dios.
Cuando lo preparaban para el ritual, vieron que le faltaba un dedo del pie y
decidieron que no era digno
para su divinidad al estar incompleto, dejándolo en
libertad.
El rey ahora entendía las palabras del consejero y
pensó: "qué bueno que haya perdido el dedo gordo del pie, de lo contrario ya estaría
muerto". Mandó llamar a palacio al
consejero y le gradeció. Pero antes le
preguntó por qué dijo "qué bueno" cuando fue despedido. El consejero respondió: "si no me
hubieses despedido, habría estado contigo y como a ti te habrían rechazado, a
mí me hubieran sacrificado".
La vida es como un laberinto, con muchos caminos por
tomar. En el diario caminar podemos estrellarnos contra las paredes cuando las
circunstancias son difíciles. Pero hay que tomar una actitud como la del
consejero de la historia: positiva y de desapego.
Nada ganamos angustiándonos, preocupándonos y
torturándonos con los problemas. Para cualquier dificultad en la vida existe
una razón que muchas veces escapa a nuestra perspectiva y no entendemos en el
momento. No podemos entender el porqué de todas las paredes del laberinto, a
menos que nos elevemos y veamos la figura completa.
La vida es un aprendizaje permanente: todo estudiante
recibe primero la lección y luego los problemas por resolver. En la vida real es
al revés: primero nos dejan problemas
para resolver y luego debemos deducir la lección. De la misma forma como la
tensión durante un examen hace que baje nuestro rendimiento, la vida nos prueba
que la mejor forma de rendir bien
es con desapego y una buena actitud.
Por qué es tan difícil enfrentar los problemas con una
actitud positiva? Por la distancia entre
usted y el problema. Imagínese que va en patines y remolcado por un auto. Si
tiene la cuerda muy corta entre usted y el auto, seguramente no verá con
anticipación los baches en la pista y se golpeará.
En cambio, si usted es remolcado por un auto con una
soga larga, verá los baches y podrá esquivarlos. Lo mismo ocurre en la vida:
mientras más distancia tomemos y tengamos más soga entre nosotros y los
problemas, podremos tener la libertad para escoger nuestra respuesta y evitar
los golpes.
El estrés, el trabajo exagerado, la falta de tiempo para
descansar, para la familia y para desarrollar actividades espirituales; en
suma, el estar desbalanceado acorta la soga y nos quita libertad para
responder. Si llegamos del trabajo con estrés y nuestro hijo comete una
travesura, reaccionamos desproporcionadamente, haciéndole daño a quien más
queremos.
Cuando estamos tensos y con sobrecarga de trabajo en la
oficina y un colega nos hace una crítica, explotamos. Así creamos un clima
laboral contraproducente y afectamos las relaciones interpersonales. dedíquele
tiempo a la persona más importante de su vida: usted. Alargue su soga ante los
problemas, balanceando su vida. Así, la próxima vez que se enfrente a una
dificultad podrá decir como el consejero del rey: "qué bueno, qué bueno,
qué bueno". Este artículo lo
encontrarán en "El Comercio" del miércoles 12 de Abril del 2000,
página b2.
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